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Nicaragua no debe ni está para promover el “turismo” electoral

Los medios de comunicación que se autodenominan “independientes” en Nicaragua, insisten en que para que las elecciones de noviembre próximo sean “legítimas” y reconocidas por la comunidad internacional, debe permitirse la observación electoral internacional y hasta exigen que instituciones ya desprestigiadas y parcializadas como la OEA, sean incluidas en las misiones para certificar sin son “buenos” o “malos” los comicios nicaragüenses.

Nicaragua sufre la embestida de una derecha recalcitrante por el solo hecho de ejercer su soberanía nacional, sin injerencias externas, de que el pueblo mismo sea el protagonista de su propio destino, razones suficientes para ganarse la animadversión de sectores “ultras” tanto localmente como más allá de nuestras fronteras.

Sanciones, presiones políticas y económicas, chantajes, amenazas, en fin, un sinnúmero de acciones que no han podido ni podrán doblegar a un gobierno que goza del apoyo popular y de un pueblo trabajador que día a día lucha por sacar adelante al país.

Todos los días se empecinan en pintar un país inestable e inseguro, ese es el rol asignado por quienes los financian, por quienes intentaron destruir lo que en años se había logrado, pero no pudieron aunque llenaron de luto y dolor a las familias nicaragüenses, erosionaron la economía y dañaron infraestructuras hospitalarias y educativas así como instituciones del Estado y municipales.

Poco a poco el país ha recobrado los índices económicos, incrementado las exportaciones, recobrando los puestos de trabajo y abriendo nuevas oportunidades de empleo gracias a las inversiones sociales y de infraestructura.

La cantaleta de la observación electoral internacional no es nueva, pero como se les han cerrado las puertas para sus fechorías golpistas, retoman el cuento de las misiones extranjeras para que les digan a los nicaragüenses, según ellos, como deben hacerse unas elecciones “democráticas”.

Por un elemental principio de soberanía nacional Nicaragua no debe promover mucho menos permitir ese tipo de intromisión en asuntos que son de la competencia exclusiva de los nicaragüenses, de sus instituciones  y de los partidos políticos que tienen personalidad jurídica. Pero además, por una cuestión económica, el país no está en condiciones para desembolsar centenares de miles de dólares en observación electoral cuando perfectamente los nicaragüenses están capacitados y entrenados para desarrollar esa labor.

Debemos estar claros que el país que invita a las distintas misiones extranjeras de observación electoral tiene la obligación de correr con todos los gastos: boletos de avión, movilización por todo el país, hospedaje, alimentación y viáticos, entre otros desembolsos que debe hacer el anfitrión.

Una cantidad más o menos razonable de personas que podrían asistir a “observar” una elección presidencial como la que se desarrollará en Nicaragua en noviembre próximo, podría cifrarse entre 450 y 500.

¿O es que quienes exigen esas delegaciones de observación extranjera no tienen la capacidad para ubicar a su propio personal en las Juntas Receptoras de Votos? Sin embargo, sabemos que hay mucho de eso pero también que una vez en el país este tipo de misiones, ya traen el guion para descalificar el proceso electoral y exijan que se repitan las elecciones porque las del 7 de noviembre son fraudulentas. Lo mismo que hicieron en Bolivia con la OEA como cabecilla del golpe.

Líder de Unidad Cristiana Daniel Ortega Reyes

En Nicaragua hay partidos políticos sólidos, coherentes y bien organizados. Sin duda alguna el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) lidera en estos renglones, además de estar al frente de una coalición que le ha acompañado en la última década, como el Partido Unidad Cristiana (PUC), uno de sus más firmes aliados.

El PUC, por ejemplo, tiene presencia en todo el territorio nacional, incluyendo por supuesto las dos Regiones Autónomas de la zona Caribe. Su Presidente y Representante Legal, Daniel Ortega Reyes, Diputado por el Estado de Nicaragua ante el PARLACEN, confirmó días atrás que el partido había estado inmerso en un proceso de actualización y renovación de directivas en todo el país.

Es decir, así como el PUC tiene elementos suficientes para acompañar al FSLN en estas próximas elecciones, hay otros aliados entre liberales o de la Resistencia Nicaragüense, que están preparados para respaldar logísticamente al FSLN en la campaña electoral que debe arrancar en agosto próximo.

El país no está para darse lujos de traer invitados para “observar” elecciones, los nicaragüenses son los mejores jueces de su proceso electoral, el problema es que no todos los partidos políticos tienen un verdadero andamiaje electoral para hacerle frente a esta contienda, de ahí sus exigencias para que acudan en su auxilio la OEA, la Unión Europea o Naciones Unidas con sus “expertos” en elecciones. Lo dudo, no pisarán suelo nacional, las elecciones de noviembre les compete solamente a los nicaragüenses.

En la imagen de portada, el Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega Saavedra.