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La oposición entrampada en las ambiciones personales de sus supuestos líderes

La oposición al gobierno de Nicaragua viaja sin rumbo, ha perdido la brújula, si es que alguna vez la ha tenido e irremediablemente terminará precipitándose al abismo por las aspiraciones presidenciales de algunos de sus pretendidos líderes, que se frotaban las manos creyéndose los ungidos por los apellidos o simplemente porque dicen ser los “salvadores” de Nicaragua.

Hay quienes ya hicieron público su rechazo a la autodenominada “comisión de buena voluntad”, otros que no aceptan ser segundos de nadie, una de las aspirantes ha manifestado que no registrará su precandidatura si no hay unidad, algunos exigen seleccionar al candidato a través de encuestas y así por el estilo, quemando etapas que terminará ahogándolos en sus tácticas y consumando lo que ya es casi un hecho irreversible, la división para favorecer sus hipotéticas candidaturas.

Al día de hoy la oposición cuenta con dos casillas electorales para participar en los comicios de noviembre, la de Ciudadanos por la Libertad (CxL) y la del Partido de Restauración Democrática (PRD), a menos que a última hora surja una nueva agrupación política certificada por el Consejo Supremo Electoral (CSE), recordando que esa autoridad extendió en julio pasado el plazo (mayo de 2021) para obtener personalidad jurídica.

Si no sucede esto último, la oposición no tendrá “otro palo en que ahorcarse” que escoger una sola casilla con un candidato único, una plancha de candidatos a la Asamblea Nacional y otra lista con los candidatos al Parlamento Centroamericano (PARLACEN).

Sin embargo, este paso dista mucho de convertirse en realidad por lo que apuntamos al principio, todos quieren la candidatura presidencial. Ya lo habíamos anotado en escritos anteriores que estos aprendices están interesados en las dos opciones por cuestiones personales porque no es lo mismo un candidato que dos, una lista de 90 solicitantes a diputados al legislativo que 180, ya no se diga 40 pretendientes al PARLACEN que solamente 20.

Es factible que los dueños de las casillas ya “tengan su trompo enrollado” a la espera de que el CSE inicie el proceso de inscripción de candidatos sin importarles que se crucen, de uno y otro lado, los señalamientos y las responsabilidades por la división. Ese cuento es viejo. Al final prevalecerán los intereses políticos y económicos de cada grupo y las ambiciones personales.

El gobierno de Nicaragua que preside Daniel Ortega Saavedra mantiene sin alteraciones su funcionamiento inaugurando diferentes proyectos sociales, construyendo carreteras, llevando energía eléctrica y agua potable a zonas históricamente marginadas, gestionando las vacunas para inmunizar a la ciudadanía y garantizando la seguridad e integridad de la patria.

Me consta que aliados del partido de gobierno coadyuvan al buen gobierno desde las instituciones del Estado y desde los gobiernos locales en la promoción y ejecución de obras de progreso en las comunidades. A la par de esas tareas trabajan día a día en la consolidación y modernización de sus estructuras partidarias en todo el país, tal es el caso del Partido Unidad Cristiana (PUC), uno de los aliados del FSLN más confiable y estable.

Quizá la parte más visible de los aliados del sandinismo sea el PARLACEN sobresaliendo entre ellos precisamente al Presidente y Representante Legal de Unidad Cristiana, Daniel Ortega Reyes, quien desde la vicepresidencia de la Comisión de Relaciones Exteriores y Asuntos Migratorios ha tenido una destacada participación con la presentación de un buen número de iniciativas que abarcan distintos ámbitos.

Por supuesto que esta labor cuenta con el apoyo de la bancada del FSLN y su líder, Doris Tijerino Haslam, al igual que el resto de sus colegas legisladores. Iniciativas que han sido aprobadas por unanimidad del total de representantes de ese foro regional.

En los próximos dos meses vence el plazo otorgado por el CSE y de ahí a noviembre faltan escasos seis meses para las elecciones generales, y todo indica que los nicaragüenses verán los rostros de tres o cuatro candidatos, porque no hay que obviar al Partido Liberal Constitucionalista (PLC) que a como pintan las cosas, correrá solo en esos comicios.