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¿La observación electoral foránea le da confianza a los votantes?

Es falso. En países en vías de desarrollo, como el de Nicaragua, la exigencia por parte de sectores de oposición al gobierno sandinista de invitar a grupos, organizaciones e instituciones de observación electoral para “constatar” la transparencia de un proceso de esta índole y hasta de “cuidar” el voto del elector, oculta las debilidades de los partidos y su exigua convocatoria para garantizar ellos mismos movilizar a sus  simpatizantes y poner a sus fiscales en las mesas de votación para asegurar sus votos.

Tenemos muchas variantes alrededor de este ejercicio de la democracia. Hay entidades dedicadas a este proceso que están sesgadas y responden a intereses de grupos de poder de algunos países, un ejemplo claro al respecto es la Organización de Estados Americanos (OEA), que ha patrocinado golpes de Estado como sucedió recientemente en Bolivia.

Pero no es verdad que estos organismos de observación electoral, que en muchos casos prestan algún apoyo técnico para mejorar los sistemas electorales de países como los nuestros, tengan la capacidad, ni siquiera mínima para verificar una elección en toda su dimensión. Hablamos de miles de centros de votación solamente en países centroamericanos y de el Caribe.

No hay que olvidar que muchas de estos organismos que se dicen “expertos” en material electoral se dedican al turismo electoral, cuyos miembros que se desplazan a determinado país reciben jugosos viáticos y en la mayoría de los casos esos viajes son costeados por el Estado anfitrión, recursos que salen del erario público.

La verdad es que lo ideal es que cada grupo o partido político que va a una elección individualmente o en coalición, disponga de un verdadero ejército de militantes para poner a sus fiscales en los centros de votación y mesas electorales. Desde hace años atrás, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y sus aliados ha sido la única institución capaz de movilizar a miles de sus partidarios para cuidar en todo el sentido de la palabra, el voto.

En este país centroamericano hay otros institutos políticos como el Partido Unidad Cristiana (PUC), aliado de los sandinistas, que ha tenido la entereza de contar con directivas en todo el territorio nacional en base a un trabajo sostenido de su líder, Daniel Ortega Reyes y su directiva nacional para hilvanar una estructura sólida en todos los departamentos y municipios del país.

Además, hay otras instancias de observación electoral locales que pueden desempeñar igual o mejor ese trabajo sin ocasionarle gastos al Estado. La confianza en el elector te la da el partido político o coalición de tu preferencia para garantizar tu voto.

En la imagen de portada, el Presidente y Representante legal del Partido Unidad Cristiana (PUC), Diputado por el Estado de Nicaragua ante el Parlamento Centroamericano (PARLACEN), Daniel Ortega Reyes.