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Solo hay una China en el mundo y su gobierno legítimo está en Pekín

El periodista argentino Mariano Roca, miembro de la redacción de la revista DEF dedicada a temas de política internacional, economía, defensa, ciencia, entre otros asuntos, nos recordaba un articulo escrito por el diplomático guatemalteco, Gabriel Aguilera Peralta, hace 17 años publicado en el medio Nueva Sociedad titulado “De espaldas al dragón” en el que relataba las relaciones de los países centroamericanos con Taiwán ignorando el ascenso vertiginoso de la República Popular China.

Aguilera Peralta esgrimía que las razones de los líderes centroamericanos para mantener el reconocimiento diplomático a Taipéi se sustentaba en razones históricas cuyo origen provenía de la Guerra Fría, las ayudas financieras y el consenso desplegado en las élites y la opinión pública.

Antes del triunfo de la revolución en 1949, liderada por Mao Zedong, los países centroamericanos, habían establecido relaciones con China, sin embargo, la derrota de los nacionalistas del Kuomintang a cuya cabeza estaba el general Chang Kai-shek, los replegó a Taiwán (la Isla de Formosa) y siguieron la línea dictada por Washington de reconocer al gobierno que se formó en la Isla.

Sin embargo, casi dos décadas después y a pesar de los argumentos expuestos por el diplomático Aguilera Peralta, quien también había adelantado que Centroamérica continuaría con su pertinaz política de apoyo a Taiwán. 17 años después el curso de la historia parece encajar a la perfección con la realidad política y económica y Centroamérica ha dado los pasos acertados en la dirección que apunta al dragón.

En 2006, 11 de los 22 países que reconocían a Taiwán estaban ubicados en América Central y el Caribe, nos recuerda el artículo de Mario Roca publicado días atrás en Infobae. No obstante esa relación ha cambiado desde aquella fecha a la actualidad y la mayoría de los países del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), reconocen a la República Popular China como la legítima representante del pueblo chino.

El primer paso lo dio Costa Rica en 2007 al anunciar que rompía relaciones diplomáticas con Taiwán para restablecerlas con China continental. Oscar Arias, entonces presidente de Costa Rica señalaba que su país reajustaba sus relaciones diplomáticas a la realidad contemporánea.

La puja diplomática había empezado y durante diez años la situación aparentaba una relativa calma. Hasta que en 2017 Panamá daba la espalda a Taiwán y abrazaba al gigante asiático y le siguieron en cascada República Dominicana y El Salvador, ambos en 2018, Nicaragua en 2021 y el más reciente, Honduras, en marzo de este año.

Guatemala y Belice estados miembros del SICA  mantienen nexos diplomáticos con Taiwán. Se suman en el contexto regional Haití y los archipiélagos caribeños de San Vicent y las Granadinas y Santa Lucía. En Sudamérica Paraguay es el único socio que mantiene relaciones diplomáticas con la Isla.

“Aunque la relación con Washington sigue siendo la principal para todos los países de la región, con excepción de Nicaragua, la mayor autonomía que han tomado en materia de política exterior, en el marco de los cambios que están sucediendo en el sistema internacional, permitió que pequeños actores como los países del Sistema de Integración de Centroamérica (SICA) decidieran en base a sus intereses nacionales”, destacó el diplomático.

Roca enumera la construcción de varios proyectos de infraestructura financiados con el apoyo de China con sus nuevos aliados estratégicos en la región centroamericana o las negociaciones para la firma de Tratados de Libre Comercio (TLC) con Panamá por ejemplo, y la más reciente con Nicaragua que de acuerdo a sus autoridades deberá estar concluido en agosto de 2024.

Sobre Estados Unidos y el avance de China en la región el columnista Mario Roca dice:

La intranquilidad de EE. UU. ante el avance de Pekín en su patio trasero es evidente. El respaldo de Washington a Taiwán, que se expresó en visitas de Estado, como la de Nancy Pelosi a Taipéi en 2022, no impide que nada haya cambiado en cuanto a la “ambigüedad estratégica” de EE. UU. respecto de la cuestión de la soberanía sobre esa isla desde el acercamiento a Pekín iniciado por Richard Nixon en 1972 y el reconocimiento diplomático de la República Popular China por parte de Jimmy Carter en 1979. Sin embargo, la acentuación de la disputa geopolítica con el gigante asiático, particularmente a partir del gobierno de Donald Trump, ha llevado la tensión a niveles inéditos en las últimas cuatro décadas, y ningún rincón del mundo es ajeno a esa puja geopolítica.

De todos modos, tal como subrayó el embajador Gabriel Aguilera Peralta al ser consultado por DEF: “Las rupturas de los países centroamericanos con Taiwán no han provocado, hasta ahora, cambios sustanciales en las agendas bilaterales con Washington”. Recordó que en los primeros casos, el gobierno estadounidense expresó su desacuerdo con el llamado a consultas de sus embajadores y jefes de misión, como ocurrió con Panamá, República Dominicana y El Salvador en 2018. “Sin embargo, posteriormente, solo ha habido expresiones diplomáticas de desacuerdo”, concluyó el diplomático.

Quizá no habrá que esperar otra década para que los países ubicados en nuestra región y la zona del Caribe se ajusten a la realidad contemporánea y admitan que solamente hay una China en el mundo y su gobierno legítimo está en Pekín.

 En la imagen de portada, el Presidente de la República Popular China, Xi Jinping (imagen tomada de Xinhua).