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El jueguito de la “unidad opositora” es una estrategia desfasada

Con cuentagotas los sectores políticos de la derecha nicaragüense van desvelando su juego de la tan mencionada unidad entre ellos, sin embargo, esa estrategia ya no funciona y tampoco cala entre la conciencia de los ciudadanos que ya se han percatado de que el final de este cuento es una reedición de los últimos años, en el que grupos de poder económico locales y algunos gobiernos extranjeros injerencistas deciden la agenda de estos políticos de viejo cuño devenidos en supuestos demócratas.

Las cartas las van poniendo poco a poco sobre la mesa y el juego, con ese ritmo de fuego lento tome ribetes melodramáticos. De un lado, está la denominada Alianza Cívica  por Ciudadanos por la Libertad (CxL), que sin duda alguna, es la que tiene la sartén por el mango de este bloque en virtud de que es el único partido político con personalidad jurídica o lo que es lo mismo, es el vehículo exclusivo para participar en las elecciones de noviembre de este año.

Ya lo dijo este día con más claridad uno de sus precandidatos presidenciales, el ex embajador de Nicaragua en Washington, Arturo Cruz, de que CxL es el canal adecuado para aglutinar a la oposición. Del otro lado está el otro bloque de oposición llamado Coalición Nacional, que también cuenta con solamente una opción real para participar en las presidenciales de noviembre y esa vía es el Partido Restauración Democrática (PRD), que administra Saturnino Cerrato, político curtido en estas lides aunque de fracaso en fracaso.

Uno de los aspirantes a la primera magistratura del país centroamericano por esta agrupación, Luis Fley, con sobrada experiencia política, aseguró que la Coalición Nacional es la verdadera opción para derrotar al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y sus aliados en noviembre.

Nada nuevo bajo la mesa, las cartas están marcadas y solamente es cuestión de tiempo y muy poco, para que ambos sectores den por concluido el teatro de la supuesta unidad, responsabilizándose mutuamente por el fracaso y después a justificar cada quién a sus candidatos presidenciales, diputados ante la Asamblea Nacional y el Parlamento Centroamericano (PARLACEN), estos dos últimos, como el pedazo de una torta de cumpleaños más codiciado.

Son aproximadamente 400 cargos para la Asamblea Nacional y PARLACEN entre propietarios y suplentes de los dos bandos opositores que vislumbran como una oportunidad única y no hay que desaprovechar el momento. ¡Al diablo con la unidad! esa parece ser la consigna de uno y otro lado de la oposición, porque ni Cerrato ni la señora Kitty Monterrey, que dirige CxL van a soltar las riendas de sus respectivos institutos políticos. Mientras tanto, continuarán descalificándose unos a otros, ese es el menú del día hasta que los plazos se agoten y muestren su verdadero juego.

El FSLN y sus partidos políticos aliados, Unidad Cristiana (PUC), liberales y colectivos de la Costa Caribe Nicaragüense, entre otros representantes de la coalición Unida, Nicaragua Triunfa, todos con personalidad jurídica, trabajan arduamente para ganar las elecciones de noviembre aún en medio de fuertes presiones y chantajes de gobiernos injerencistas. Extremistas que dictan la agenda política de estos sectores de oposición cuyo fracaso está más claro que el agua.

En la foto de portada, Diputado ante el PARLACEN, Daniel Ortega Reyes, Presidente del Partido Unidad Cristiana, aliado del FSLN.