El Partido Unidad Cristiana (PUC), es sin duda alguna, después del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), la formación política mejor organizada y de mayor crecimiento tanto cualitativa como cuantitativamente en Nicaragua. Este año a punto de finalizar, el PUC, cumpliendo los protocolos sanitarios debido a la pandemia, ha renovado a sus directivas departamentales y municipales en todo el territorio nacional con miras a las elecciones presidenciales y de diputados en noviembre de 2021.
El trabajo partidario ha sido conducido con éxito por el líder del PUC, Daniel Ortega Reyes, que ha combinado de manera eficiente desde hace muchos años atrás, sus labores como Presidente de ese instituto Político con sus responsabilidades como Diputado por el Estado de Nicaragua ante el Parlamento Centroamericano (PARLACEN) al frente de la Comisión de Relaciones Internacionales y Asuntos Migratorios, primero como titular de la misma y ahora como su vicepresidente.
Unidad Cristiana también ha estado trabajando de la mano con el FSLN como aliado no solamente en momentos de elecciones, sino que ha acompañado al sandinismo en asuntos relacionados con sus proyectos sociales, en temas fundamentales para el beneficio de la ciudadanía vinculados a la salud y la educación. Sus concejales en varios municipios han votado a favor de un sinnúmero de obras de infraestructura entre carreteras, puentes y energía eléctrica, entre otros no menos importantes.
Está pendiente la instalación de un congreso que reunirá a sus dirigentes nacionales, departamentales y municipales para definir una estrategia de cara a los comicios de noviembre. Aunque aún no está decidida una fecha para el desarrollo de ese evento, todo apunta a que renovarán su alianza con el FSLN.
En reiteradas ocasiones Ortega Reyes ha manifestado que su alianza con los sandinistas no es electorera, sino que responde a una identificación clara con buena parte de los planteamientos políticos del partido gobernante convertidos en hechos que se plasman en la construcción y mejoras de escuelas, hospitales, centros de salud, agua potable, proyectos carreteros, restitución de derechos, para señalar algunos.
El Presidente del PUC también ha remarcado que ese instituto tiene identidad política propia tras indicar que la coalición que integra Unidad Cristiana cuenta con sandinistas, liberales, conservadores, socialdemócratas, ex miembros de la antigua “contra” e incluso, personajes por cuenta propia que se han identificado con el proyecto que lidera el FSLN.
Podría decirse que el FSLN y Unidad Cristiana son dos “viejos conocidos”. Desde enero de 2001 ambas formaciones políticas firmaron su primera alianza electoral en el marco de lo que se denominó La Convergencia Nacional y aunque no obtuvieron la victoria en noviembre de ese mismo año, el bloque empezó a consolidarse y alcanzó el triunfo en las elecciones siguientes.
No obstante, el PUC a lo interno, como partido político con Personalidad Jurídica y su respectiva casilla electoral (16), ha crecido en todo el país con la integración de sus directivas a todos los niveles para estar preparados ante cualquier eventualidad “que nos depare la política”, dice Ortega Reyes, quien parece estar confiado en que la alianza con el FSLN se mantendrá firme.
En esta imagen de archivo, el Presidente del Partido Unidad Cristiana y su Representante Legal ante el Consejo Supremo Electoral (CSE), Daniel Ortega Reyes, al salir de un centro de votación durante las elecciones presidenciales de 2016.
