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Empezó el carnaval de las candidaturas; “Au Revoir” unidad opositora

No es necesario ser un estratega ni un consagrado en los entresijos de la política para anticipar la forma de actuar de los colectivos partidarios que adversan al sandinismo en Nicaragua. Desde hace algunas semanas atrás advertimos que no habría unidad entre la oposición del país centroamericano porque los intereses personales en juego, los egos y el figureo mediático estaban por encima de cualquier otro asunto.

En las últimas horas han surgido más aspirantes presidenciales, la mayoría de ellos sin partido político y peor aún, sin casilla electoral, condición indispensable para poder registrar una candidatura y competir en las elecciones de noviembre próximo. Ya aparecieron, al menos en los medios de comunicación, movimientos políticos liberales y conservadores que aseguran, igual que los que desde hace rato están haciendo campaña, representar al pueblo de Nicaragua.

“Esfuerzos”, “trabajar por la unidad”, “Nicaragua primero”, son entre otras, frases que utilizan los políticos que tienen pretensiones de convertirse en líderes y ser el candidato “único” que aglutine a la oposición. Las descalificaciones y los insultos entre ellos siguen su curso pero cada día más alejadas esas remotas supuestas intenciones de unidad.

También apuntamos que al menos cuatro candidatos, según se vislumbraban los acontecimientos en febrero, podrían participar en las presidenciales, situación que no ha variado mucho a la fecha, a pesar del surgimiento de más demandantes de la silla presidencial.

El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y sus aliados, entre ellos el Partido de Unidad Cristiana (PUC) y la Resistencia Nicaragüense, mantiene un bloque cohesionado y sólido y como el favorito para imponerse en las elecciones de noviembre. En la otra acera está Ciudadanos por la Libertad (CxL) y el Partido de Restauración Democrática (PRD), ambos fragmentados en dos segmentos, Alianza Cívica y la Coalición Nacional y el Partido Liberal Constitucionalista (PLC).

Recientemente se dio a conocer que el Consejo Supremo Electoral (CSE), le otorgó la personalidad jurídica a Unión Republicana (UNIR), cuyos datos de vida son desconocidos y se sabe que su protagonista es Alfredo Cesar, un astuto personaje habituado a moverse entre siglas partidarias y con una larga trayectoria en la política local.

Sin duda alguna, la convocatoria hecha este día por la Asamblea Nacional para la elección de Magistrados del CSE alentará el advenimiento de viejos o nuevos rostros con aspiraciones presidenciales, fraccionará más a la oposición y aparecerán de la nada otros movimientos y agrupaciones políticas repitiendo su prédica de buscar la unidad.

Algunos jerarcas de la iglesia católica intentarán, como lo han venido haciendo desde siempre, manejar los hilos de la oposición señalándoles cual es el camino a seguir, mostrándoles sus debilidades y errores para enderezar sus pasos y desde afuera, algunos gobiernos financiando campañas, presionando al gobierno sandinista a través de medidas económicas, diplomáticas y políticas  con las intenciones de desestabilizarlo.

Es un relato ya conocido por el sandinismo y sus aliados. El 7 de noviembre también los nicaragüenses deben seleccionar a 92 diputados ante la Asamblea Nacional (90 por voto directo) y se integrarán por ley el ex presidente y vicepresidente que ejercieron el cargo en el período inmediato anterior como propietario y suplente así como diputados propietario y suplente los candidatos que participaron en la elección correspondiente y hubiesen obtenido el segundo lugar.

También ese día se escogerá a 20 diputados (propietarios y sus respectivos suplentes) al Parlamento Centroamericano (PARLACEN).