Ninguno de los seudo líderes de oposición que han desfilado por el Ministerio Público para que rindan cuentas ante el pueblo por sus acciones golpistas, ha tenido la valentía para admitir lo que cotidianamente repiten en sus medios de comunicación trazando imaginarias estrategias, clamando por más sanciones de EEUU y pidiendo a gritos más presión internacional para doblarle el brazo, según ellos, al Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega Saavedra.
Todos los días vociferan contra el líder del FSLN calificándolo de dictador sin embargo, el gobierno no ha tomado ninguna acción contra estas personas respetando su derecho a expresarse aunque las más veces lo hagan insultado al Jefe de Estado o a la primera dama Rosario Murillo. Han sido cobardes a la hora de hacer frente a la verdad para admitir sus actos y han negado cualquier hecho relacionado con los intentos de destruir el país.
Si algunos de ellos o ellas habían logrado obtener algún capital político arropados por sus propios medios nacidos a la sombra de los financiamientos millonarios de EEUU y su “banco”, la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional, la nefasta USAID, ya lo perdieron porque han quedado ante ese escaso apoyo recibido, en ridículo.
Creyeron que clausurando o trasladando a otros países sus canales de financiación disfrazadas de fundaciones o institutos de formación política burlarían la justicia, se equivocaron de plano. Ahora deben pagar por el daño que le hicieron al país, por el derramamiento de sangre, por el sufrimiento ocasionado al pueblo de Nicaragua.
El gobierno y sus instituciones tienen las herramientas necesarias, soportadas por la Constitución Política, para ajustar cuentas a los golpistas que aparentan ser mansas palomas que dicen no saber por qué se les cita ante las autoridades competentes, porque no han hecho nada, absolutamente nada, solamente trabajar por Nicaragua. Descomunal falacia. Nadie les cree ese cuento, prueba de ello es que el pueblo sigue trabajando para levantar la economía que ellos intentaron colapsar.
Y es así como el FSLN y sus aliados se prepara para hacer frente a la campaña electoral que se avecina. Ya hay un calendario electoral y recientemente el Consejo Supremo Electoral (CSE) juramentó a los Consejos electorales departamentales y regionales.
A poco menos de dos meses de comenzar la campaña electoral de cara a las elecciones nacionales de noviembre próximo, el FSLN aceita su maquinaria a nivel de todas sus estructuras partidarias para garantizar el voto a la fórmula, que sin duda alguna debe ser Daniel Ortega Saavedra y Rosario Murillo. Pero no solamente para asegurar la primera magistratura del país, sino también para garantizar la victoria en la Asamblea Nacional y los diputados al Parlamento Centroamericano (PARLACEN).
Diputado del PARLACEN Daniel Ortega Reyes, líder Unidad Cristiana, en una imagen de archivo tras ejercer su derecho al voto.
Pero no solamente el FSLN como líder de la Alianza Unida Nicaragua Triunfa tiene el deber de afianzar la victoria, sino también sus aliados en esa coalición. Así es como por ejemplo, el Partido Unidad Cristiana (PUC), “viejo” aliado del Frente Sandinista con más de una década, ha venido sigilosamente reestructurando sus directivas en todo el país extremando medidas sanitarias para evitar los contagios provocados por el Covid-19.
El “ejército” de militantes y simpatizantes del PUC con su Presidente y Representante Legal, Diputado ante el Parlamento Centroamericano, Daniel Ortega Reyes, se está preparando también para unir fuerzas y sellar la victoria el próximo 7 de noviembre.
En la foto de portada, el Presidente de Unidad Cristiana, Diputado de la bancada de Nicaragua ante el PARLACEN, Daniel Ortega Reyes (izquierda) y miembros de Unida, Nicaragua triunfa al salir del CSE.
