Ingrese búsqueda de palabras claves y presione "Enter".

Taiwán no cederá a las amenazas de China cuyas bravuconadas fortalecen a la Isla

La presidenta de Taiwán Tsai Ing-wen ha repetido que no cederá ante amenazas e intimidaciones y que los únicos que pueden decidir el futuro de la Isla son sus 23 millones de habitantes. La jefa de Estado ha sido constante en esta posición desde que asumió por primera vez la presidencia en 2016 y lo ha reiterado desde que inauguró su segundo mandato en 2020. En la acera de enfrente Pekín continental también ha endurecido su postura hacia Taipéi y elevado el tono de sus advertencias hasta la eventualidad de una intervención militar para forzar la reunificación.

¿Por qué Xi Jinping quiere torcer el destino y la voluntad política de 23 millones de chinos taiwaneses en donde las últimas tres generaciones han convivido en democracia, libertad de prensa y movilización, desarrollo económico y no solamente para beneficio de una élite, educación de alto nivel y un standard de vida que muchos países desarrollados envidian?

Hay varias respuestas. Puede ser la característica autoritaria del régimen chino con un partido único y vertical, con libertades a medias o inexistentes, porque alega que Taiwán es una provincia de China y debe reincorporarse a territorio continental “por las buenas o por las malas”. Pero el fondo de este asunto tiene apunta a una situación geopolítica debido a la posición estratégica de la Isla.

El control de este escenario del pacífico, con Taiwán como la manzana de la discordia entre China y los Estados Unidos podría desatar una guerra de incalculables consecuencias tanto en vidas humanas como en daños materiales, porque este conflicto arrastrará a varios países. Taiwán es la sexta economía más avanzada de Asia y la 22 en todo el mundo, mantiene alrededor de 60 oficinas comerciales y culturales en igual número de países aunque hoy en día solamente cuenta con 15 aliados diplomáticos.

También es incuestionable el desarrollo económico alcanzado por China logrando sacar de la pobreza a millones de personas, aunque también es indudable que existen grandes desigualdades en el terreno de la distribución de la riqueza. Es un ejemplo del socialismo con características chinas, como prefieren calificarlo sus dirigentes desde que Deng Xiaoping abriera China al mercado mundial.

Analistas a ambos lados del Estrecho y expertos de otras latitudes consideran que tarde o temprano China invadirá Taiwán para anexarlo por la fuerza. Estas lúgubres predicciones tienen sustento en la intensidad de las amenazas de Pekín sobre la Isla que poco a poco va dejando atrás la retórica para pasar a acciones peligrosas con una serie de ejercicios militares cercanos a las costas taiwanesas o el incremento del número de vuelos sobre el espacio aéreo de Taiwán.

Estas señales de advertencia o de intimidación sobre la Isla por parte de Pekín no han hecho más que elevar las tensiones no solamente en el Estrecho sino que han dañado casi irreparablemente los reducidos contactos entre los líderes de ambos países.

Xi Jinping y la nomenclatura del partido deben estar claros que la gran mayoría de los taiwaneses están conformes con el sistema político que impera en Taiwán, una demostración fehaciente fueron las dos últimas elecciones en enero de 2016 y de 2020, que le dieron a la mandataria Tsai Ing-wen votaciones cercanas al 60 por ciento, incluso, obtuvo más votos en la reelección.

China debe permitir que los taiwaneses sigan el curso de la historia, no van a ceder a las presiones del gigante asiático. Pekín sabe que Taipéi no negociará una independencia relativa al estilo Hong Kong ni acepta la teoría de “un país dos sistemas” mucho menos reconoce el famoso “consenso de 1992”, en virtud del cual existe una sola china pero cada cual la interpreta a su manera.

Las autoridades de China continental deben acostumbrarse a que existe un país que se llama Taiwán con el que puede coexistir, tomando en cuenta que ambos mantienen relaciones comerciales quizá no tan sólidas como hace unos tres años atrás, pero son reales. A ambos también los unen lazos culturales y étnicos, el 98 % de los taiwaneses constituyen ese grupo étnico mientras que China un 92 %.

Taiwán, el país que domina todas las innovaciones a nivel mundial