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Una oposición “desprogramada” y saturada de intereses personales no le va a ganar jamás al FSLN y sus aliados

Llevan meses descalificándose entre ellos por intereses personales y de grupos de poder, señalamientos de que unos no existen y otros sí, que unos pesan más que otros y los insultos y descréditos van y vienen entre una oposición inmadura que a poco de ocho meses para las elecciones nacionales no ha podido siquiera ponerse de acuerdo para escoger a su candidato o varios, mucho menos para presentarle al pueblo de Nicaragua un programa de gobierno, lo que ha visto la ciudadanía en este sector es circo y mas circo.

En enero pasado la firma Cid-Gallup publicó los resultados de una encuesta telefónica efectuada a unas 1.200 personas en Nicaragua sobre las simpatías políticas hacia determinados partidos y/o grupos del país centroamericano, resultados que cayeron como una pesada losa al comprobar los raquíticos números de un solo dígito que obtienen.

Así, la denominada agrupación Azul y Blanco logra un 4 %, el Partido Ciudadanos por la Libertad que controla Kitty Monterrey, 3 % y el Partid Liberal Constitucionalista ronda el 2 por ciento. Al FSLN, según la misma consultora, le asigna un estimado del 25 %.

La denominada Coalición Nacional asegura contar con dos casillas electorales para participar en las elecciones de noviembre, la del Partido Yátama y la de Saturnino Cerrato, presidente del Partido de Restauración Democrática (PRD). Sin embargo, en esta aseveración hay una trampa. Yátama efectivamente cuenta con una casilla electoral pero exclusivamente para elecciones regionales. Es decir, la Coalición Nacional así como está “solamente tiene un palo donde ahorcarse” y es el vehículo del PRD.

La “cancioncita” de la unidad entre la oposición no termina de calar entre ellos, por las razones ya señaladas y otras que flotan en el ambiente. La dirigencia de la Coalición se queja todos los días de que la Alianza Cívica, el otro grupo opositor que tiene entre sus filas a Ciudadanos por la Libertad (CxL) no responde a su invitación para que reciba a otro grupito autodenominado “de buena voluntad” para mediar en una probable unidad.

Monterrey descalificó y con dureza a la Coalición Nacional semanas atrás al indicar que “no existe” políticamente y que entre sus integrantes habían grupos muy pequeños. Pero es que además de grupos casi inexistentes en el radar político nacional, está plagado de personas que buscan protagonismo mediático que políticamente tampoco representan a nadie, se representan ellos mismos y solamente tienen como propósito obtener algún cargo o un escaño sea en la Asamblea Nacional o el Parlamento Centroamericano (PARLACEN). Esto también vale para la Alianza Cívica.

La otra cara de la moneda visualiza un Frente Sandinista bien organizado y con la responsabilidad de gobernar asediado por injerencias y presiones externas en un intento por debilitarlo y hasta derrocarlo como pretendieron hace casi tres años con sus operadores internos, muchos de ellos miembros de esos grupos de oposición, pero no lo lograron.

El FSLN se mantiene cohesionado y apoyado por partidos políticos aliados algunos de ellos de orientación cristiana, como la formación que dirige el pastor y diputado ante el PARLACEN, Daniel Ortega Reyes (Partido de Unidad Cristiana), el Partido Resistencia Nicaragüense (PRN) que preside Julio César Blandón, el Partido regional de la Costa Caribe norte “Movimiento de los Nuevos Hijos dela Madre Tierra (MYATAMARAN) que lidera Osorno Coleman y el Partido Indígena Multiétnico (PIN)  y el Partido Indígena Multiétnico (PIN) que preside Rayfield Hodgson, con presencia en ambas regiones autónomas de Caribe, entre otros.

En la imagen de portada, algunas de las banderas de los partidos políticos aliados del FSLN.