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Prensa mundial califica de agresivo, discurso de Xi Jinping y amenazas directas a Taiwán

El líder de China continental, Xi Jinping, pronunció este jueves en el marco del centenario del Partido Comunista (PCCh), un duro, enérgico y agresivo discurso que tenía al parecer varios destinatarios, entre ellos los Estados Unidos, Europa y Taiwán. Un detalle no pasó desapercibido para quienes lograron seguir de cerca la alocución de Xi: un traje gris abotonado del estilo de los de Mao Zedong.

Dirigiéndose a una audiencia de unas 70.000 personas en la Puerta de Tiananmen, donde Mao proclamó la República Popular en 1949, Xi dijo que “¡el tiempo en el que el pueblo chino podía ser pisoteado, ha terminado para siempre!”. En su discurso, marcado con un fuerte acento patriótico y de reflexiones indirectas a Occidente, precisó que el pueblo chino se ha levantado y que su ascenso, después de más de un siglo de subdesarrollo e invasiones es “irreversible”.

Xi advirtió que las potencias extranjeras “recibirán un golpe en la cabeza” si intentan intimidar o influir en el gigante asiático.

TAIWÁN A ESCENA

La cuestión de Taiwán ocupó también una parte del discurso de un poco más de una hora de Xi. Afirmó que China mantiene un compromiso “inquebrantable” con la unificación de Taiwán. “Nadie debe subestimar la determinación, la voluntad y la capacidad del pueblo chino para defender su soberanía nacional” advirtió uno de los hombres más poderoso de la tierra.

El dirigente chino, que acumula igual o más poder que el propio Mao, continuó con sus admoniciones señalando que nunca permitirán que alguien intimide, oprima o subyugue a China. “Cualquiera que se atreva a intentarlo se encontrará con su cabeza sangrientamente golpeada contra la gran muralla de acero forjada por más de 1,400 millones de chinos” .

A lo largo de su discurso, Xi hizo  énfasis en la importancia del “rejuvenecimiento nacional” un objetivo, dijo, que incluye la “reunificación pacífica” de Taiwán con el continente bajo el principio de una sola China y el consenso de 1992, una fórmula política que está de acuerdo en que hay una sola China, sin embargo, ese enunciado está plagado de ambigüedades. La Presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, no reconoce ese consenso, lo que ha desatado la ira de los líderes del PCCh.

“La resolución de la cuestión de Taiwán y la materialización de la reunificación completa de la patria, constituye una tarea histórica inalterable  del PCCh y un anhelo compartido por todos los hijos de la nación china” dijo emocionado Xi.

Incluso, instó a los chinos de ambos lados del Estrecho a “desbaratar resueltamente toda intriga” por la independencia de Taiwán.

Sobre Hong Kong y Macao, el presidente chino se refirió a la práctica de ejercer una “jurisdicción integral” sobre ambas regiones especiales administrativas, que sin embargo, controla plenamente  Beijing.

Según Xi el denominado principio de “Un país, dos sistemas”, término acuñado en 1984 por el líder reformista chino Den Xiaoping, para las dos regiones administrativas, debe continuar aplicándose de manera integral y precisa.

En la imagen de portada, la icónica plaza de Tiananmen, Beijing.