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La esperpéntica OEA y su infausto Secretario General Luis Almagro

Un choque verbal entre el Canciller de México Marcelo Ebrard y el Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, provocó la reacción inmediata de apoyo al jefe de la diplomacia azteca de los titulares de exteriores de Argentina Felipe Solá, y de Bolivia, Rogelio Mayta.

El viernes, Ebrard dijo que la gestión del uruguayo Luis Almagro como Secretario General de la OEA ha sido “de las peores dela historia”, ha actuado de manera reiterada sin consultar a los Estados miembros, actúa como si fuese autónomo, independiente.

Observadores de la OEA estarán presentes durante las elecciones de este domingo en México en las que se renuevan los 500 escaños de la Cámara de Diputados, se eligen 15 gobernadores y un poco más de 21.000 cargos locales.

Sobre el particular, Ebrard manifestó que si cumplen con la legislación mexicana, los observadores de la OEA pueden estar presentes en México.

Almagro respondió a Ebrard usando el derrumbe de la línea 12 del Metro en México en el que murieron 26 personas, haciendo referencia a la etapa del Canciller como Jefe de gobierno de la capital, para insinuar su responsabilidad en esa tragedia.

En tono sarcástico Almagro dijo: “Hablando de mala gestión, es muy raro. Como yo soy buena gente, obviamente por mi parte le deseo que ninguna obra más que él haya hecho se derrumbe, sin perjuicio de mi solidaridad con las víctimas de la Línea del metro”.

Ebrard, que tras el accidente de la Línea del metro, dijo que se ponía a disposición de las autoridades, diferenció entre la OEA como institución, y la administración de Almagro, que según sus críticos lleva años actuando más como un político que como representante de una organización multilateral.

SOLÁ: LUIS ALMAGRO QUIERE INFLUIR EN LAS ELECCIONES DE MÉXICO   

El Canciller de Argentina, Felipe Solá, salió al cruce entre Ebrard y Almagro señalando que el Secretario General de la OEA quiere influir sobre las elecciones en México atacando a su Canciller Marcelo Ebrard. “No solo demuestra su incapacidad para generar consensos entre los países miembros sino también una gran irresponsabilidad institucional” escribió el jefe de la diplomacia argentina en su cuenta de Twitter.

Ebrard había manifestado también que Almagro, había tomado muy dudosas actuaciones como el caso de Bolivia, fue oprobioso, prácticamente facilitaron un golpe. Ebrard retrataba de esta manera al infausto Secretario General de la OEA que acostumbra a repartir tweets a diestra y siniestra sin consultar a nadie, atacando a líderes de Estado y de funcionarios de la región sin importarle la investidura de los mismos, actuando, como afirma el Canciller Ebrard, de forma autónoma e independiente.

MAYTA: ALMAGRO PROMOVIÓ EL GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA 

Por su parte, el Canciller de Bolivia, Rogelio Mayta, también salió en defensa de su par mexicano con quien coincide de que la gestión del uruguayo al frente de la OEA ha sido una de las peores de la historia de esa organización.

“Comparto con Marcelo Ebrard que la gestión de Almagro al frente de la OEA es una de las peores de la historia de la organización, ya que promovió el golpe de Estado y apoyó la corrupción del gobierno de facto” enfatizó el Canciller de Bolivia.

EL MACABRO PAPEL DE LA OEA COMO “MINISTERIO DE LAS COLONIAS YANQUI”

Radio Rebelde (Cuba) ilustraba un par de años atrás el oscuro y esperpéntico rol de la OEA tras varias décadas. Luego de una serie de agresiones perpetradas contra por las bandas contrarrevolucionarias desplegadas por todas la Isla Caribeña, y financiadas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA de EEUU) Cuba fue expulsada de la OEA el 31 de enero de 1962, en Punta del Este, Uruguay.

El Comandante Ernesto Ché Guevara, representante del gobierno cubano en ese entonces, denunció la política hostil de Estados Unidos contra la naciente Revolución y el carácter usurpador de los planes de Washington para América Latina. Todos los gobiernos latinoamericanos, con excepción de México, rompieron relaciones diplomáticas con el gobierno revolucionario, recordaba el medio cubano.

¿Cómo olvidar que con su complacencia se produjo el desembarco de marines estadounidenses en República Dominicana en 1965?

¿Cuál fue la respuesta de la OEA en 1982, durante la guerra de Las Malvinas, donde se enfrentaron Argentina y Reino Unido?

Y en 1983, en Grenada, cuando el Primer Ministro Maurice Bishop fue derrocado por un golpe militar y muere asesinado; mientras se produce la intervención norteamericana en esa pequeña isla caribeña tampoco hubo una respuesta de condena desde la Organización de Estados Americanos.

La OEA guardó silencio ante la Operación Cóndor, calló ante los conflictos bélicos en Centroamérica, y también lo hizo ante la invasión a Panamá en 1989. Tampoco condenó el golpe de Estado en Venezuela contra el Comandante Hugo Chávez en abril de 2002.

LA OEA SE ALINEA CON LA OPOSICIÓN DE NICARAGUA Y JERARCAS CATÓLICOS PARA EXGIR ELECCIONES ANTICIPADAS    

No hay que olvidar que Almagro tras el fallido golpe de Estado en Nicaragua en abril de 2018, promovido y financiado por EEUU, organizó tres meses después de esos hechos de violencia, una reunión extraordinaria de la entidad continental para exigir, como el patrocinio de la representación estadounidense y una veintena de países más, elecciones anticipadas en el país centroamericano, demanda que ya habían planteado los golpistas y la élite de la jerarquía católica.

El Canciller de Nicaragua, Denis Moncada, rechazó tanto la resolución que pedía un calendario electoral acordado conjuntamente en el contexto del proceso de diálogo nacional, que para esa fecha estaba instalado, como adelantar los comicios para julio de 2020. La Constitución establce que las elecciones en Nicaragua se celebrarán en noviembre de 2021.

Moncada dejó claro que lo que sucedía en Nicaragua era un golpe de Estado y una ruptura del orden constitucional, acusando a EEUU de pretender una injerencia en el país. “Parece que estamos volviendo a la época de los golpes blandos” remarcó el Canciller Moncada.

En la imagen deportada, el Canciller de México Marcelo Ebrard