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¿Qué fue del vergonzoso “Grupo de Trabajo sobre la situación de Nicaragua”?

Tras el fracasado intento de golpe de Estado en Nicaragua en abril de 2018, con los Estados Unidos moviendo los resortes de la desestabilización del país centroamericano a través de su obediente instrumento, la Organización de Estados Americanos (OEA), este “Ministerio de las Colonias” del imperio, como alguna vez y con justa razón fue calificada, procedió a crear el denominado “Grupo de Trabajo sobre la Situación de Nicaragua”.

Esta coalición de países era una copia de otro desprestigiado bloque de naciones bautizado como el “Grupo de Lima”, cuyo rol era inmiscuirse en los asuntos internos de Venezuela que, antecedido por una maquinaria propagandística dirigida por los oligarcas de los medios de comunicación, igual que en el caso de Nicaragua, se había encargado de allanar el camino ante la opinión pública que justificase sus oscuras maniobras para no solamente debilitar a ambos gobiernos, sino para derrocarlos a través de “golpes lentos” o “golpes suaves”.

El infausto secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, por orden de su patrón yanqui y desde que asumió por desgracia esa desacreditada institución hace seis años, fue reelegido en 2020, se ha enfocado en destruir las revoluciones de Venezuela y Nicaragua, propició el golpe de Estado en Bolivia, sin embargo, se transforma en “neutral” cuando así lo requiere el poder establecido en función de las clases políticas dominantes de la región y que sirven a los intereses de EEUU.

Ese fue el comportamiento de la OEA, por ejemplo, cuando el expresidente ecuatoriano, Lenin Moreno, el personaje que traicionó la Revolución que lideró Rafael Correa, reprimió con violencia las protestas de los sectores populares e indígenas contra las medidas neoliberales impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI). La OEA fue cómplice de la represión.

O cuando el pueblo Mapuche, los estudiantes, mujeres, estudiantes y líderes comunales y obreros, fueron violentamente reprimidos por el actual presidente de Chile, Sebastián Piñera, cuando salieron a las calles del país sudamericano hartos de las abismales diferencias sociales, la carencia de empleos y en donde las pensiones, la salud y la educación están en manos de las élites privadas. Almagro tampoco dijo nada.

¿Y dónde está la bravuconada de Almagro ante la represión en Colombia ordenada por Iván Duque para tratar de frenar las protestas contra la impopular reforma tributara que trató de imponer? ¿Acaso Duque no sacó al ejército a las calles para militarizar las principales ciudades?

Solamente quiero llamar la atención y refrescar un poco los acontecimientos en los que están involucrados todos estos países “democráticos” al estilo “Made in USA”  que se apuntaron en la lista del “Grupo de Trabajo Sobre la Situación de Nicaragua”. Ahí está Brasil, con un presidente negacionista del covid-19, enfermedad infecciosa que ya se ha cobrado la vida de decenas de miles de brasileños, vidas valiosas perdidas para siempre gracias al señor Jair Bolsonaro que todos los días minimiza la pandemia la que calificó de “Gripecita” o ha llamado a sus conciudadanos “país de maricas” por exigir protección del Estado a la población más vulnerable.

Y que decir de Costa Rica, también parte de ese Grupo, que en las últimas semanas en un solo día vio alrededor de 60 allanamientos y una treintena de detenciones por una vasta operación anticorrupción que incluye sobornos, desvío de fondos y otros delitos, en la que se han visto involucrados funcionarios públicos y empresarios.

LA “HUACA” DE LA CORRUPCIÓN ESTÁ EN LA MAYORÍA DE ESOS PAÍSES INTEGRANTES DEL FLAMANTE “GRUPO”

La “huaca” de la corrupción estaba o sigue enraizada en el Consejo Nacional de Vialidad, en el Ministerio de Obras Públicas y hasta en la misma Casa Presidencial con un asesor del presidente de la República.

Otro país impulsor de este “Grupo” de trabajo sobre la situación en Nicaragua, y en el que “reina la democracia”, sin duda, es Perú. Tres presidentes en tan solo ocho días y cuatro mandatarios en tres años, parece un récord imbatible de un país con una inestabilidad política de escándalo, con golpes de Estado “legítimos” propinados desde el congreso y avalados por una institucionalidad colapsada, con políticos corruptos acostumbrados a destituir presidentes para mantener sus privilegios y sus fortunas a la sombra de la corrupción misma.

Si no lo creen pregúntenle a ODEBRECHT, el emporio de la construcción brasileño que repartió millones de dólares entre gobernantes, empresarios, políticos y funcionarios en varios de estos países que he descrito, por medio de un entramado de corrupción cuyos tentáculos aún no han sido del todo cercenados.

¿Qué moral tienen estos países miembros de este “Grupo” para cuestionar a Nicaragua si ellos están hundidos en corrupción, inestabilidad política, golpes, represión, muerte, desapariciones y otros horrores? ¿Y don Luis Almagro qué hace al respecto? ¿Cuál es su obsesión contra Nicaragua, Venezuela y Bolivia? Tiene toda la razón el Secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, que Almagro ha sido el peor secretario general que ha tenido la organización.

Daniel Ortega Reyes, Presidente de Unidad Cristiana (PUC), institución política aliada del FSLN y parte de Unida Nicaragua Triunfa.  

Nicaragua va a elecciones el 7 de noviembre de este año, y se desarrollarán como establece la Constitución y las leyes del país, no las que quiere a su gusto Estados Unidos y el grupo que controla, tampoco como desea la OEA, o la Unión Europea o alguno que otro personaje camaleónico que alguna vez vez abrazaron las causas populares y ahora cambiaron de bando o de acera para congraciarse con el poderoso del norte o los del viejo mundo.

FSLN Y UNIDA NICARAGUA TRIUNFA GARANTIZARÁN LA VICTORIA DEL PUEBLO

Las reglas del juego las pone Nicaragua no el guion que quiere imponer EEUU con sus leales en la nación centroamericana para destruir las conquistas sociales de la Revolución. Los pueblos de América Latina no se merecen a esos políticos corruptos marcados por la corrupción, el pueblo de Nicaragua lo sabe y por eso dará la victoria una vez más al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), acompañado de partidos políticos dentro de la coalición Unida Nicaragua Triunfa, que antes de socavar las instituciones del Estado como una práctica o moneda corriente en otras naciones de la región, trabajan para fortalecerla.

Partido Unidad Cristiana (PUC), con su presidente y representante legal, Daniel Ortega Reyes, es un ejemplo vívido de la fortaleza del bloque que lidera el FSLN. Unidad Cristiana ha sido un aliado constante del partido de gobierno en el fortalecimiento de la institucionalidad del país trabajando muy de cerca en una variedad de segmentos desde los gobiernos locales (alcaldías) o desde otras instancias, como el Parlamento Centroamericano (PARLACEN), en donde Ortega Reyes ha llevado la voz de los logros de la Revolución con hechos demostrables.

En noviembre, el pueblo de Nicaragua con su participación en la jornada de votación sellará esta alianza indestructible con una contundente victoria. Corresponde a los nicaragüenses observar sus propias elecciones, no necesita de “padrinos” foráneos para observar o certificar si este proceso es bueno o es malo, cumple o no cumple con los estándares internacionales de la democracia, la democracia la ejercerá, una vez más, el pueblo nicaragüense el siete de noviembre.