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¿Hasta cuándo el mundo permanecerá impasible ante el clamor de Taiwán de participar en organismos internacionales?

El peso político, económico y militar de China en el mundo no está en discusión, lo que si está sobre la mesa es la exclusión de Taiwán por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) debido a las presiones del gigante asiático que considera a la Isla como una provincia más de su vasto territorio continental.

Ha transcurrido medio siglo desde que la ONU reconoció a la República Popular de China como el único representante legítimo de China ante las Naciones Unidas. Sin embargo, años antes, después de 1949 cuando el gobierno nacionalista del partido Kuomintang se refugió en Taiwán, las hostilidades por parte de los distintos regímenes comunistas no han cesado pese a algunos períodos de relativa calma en el Estrecho.

Cabe preguntarse ¿por qué si la ONU fue fundada bajo el principio de la universalidad, prescinde de Taiwán? Un país de 23,5 millones de habitantes, con un desarrollo económico sorprendente que además es líder en investigaciones e innovación en campos tan variados de la ciencia y la tecnología.

Taiwán tiene un largo historial de ayuda a países necesitados gracias a su desarrollo económico y su política de apertura hacia otras naciones, sin embargo, ese gesto humanitario no ha sido compensado por la comunidad internacional cuyo rol no ha estado a la altura de las circunstancias limitándose a declaraciones formales de apoyo hacia la Isla que reclama una presencia más activa en el escenario mundial y con toda razón porque cuenta con las herramientas necesarias para actuar.

La pandemia del COVID-19 ha puesto y con fuerza nuevamente sobre el tapete la cuestión de Taiwán. Elogiada por instituciones y algunos países por su excelente desempeño en la gestión de la pandemia, curiosamente no lo ha hecho la Organización Mundial de la Salud (OMS) entretenida y enredada en otros asuntos relacionados con el origen del virus, Taiwán ha demostrado que tiene las agallas muy por encima de decenas de países, para lidiar con la pandemia.

Taiwán ha reclamado también por décadas su participación en otros organismos internacionales tal es el caso de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), instancia que tiene que ver con la seguridad aérea internacional. El diario español La Vanguardia apuntaba hace un par de años que de acuerdo al registro de información de vuelos de Taipéi, proporciona al año servicios a más de 1,75 millones de vuelos y a alrededor de 70 millones de pasajeros.

Hace poco el Ministerio de Relaciones Exteriores (MOFA, por sus siglas en inglés), agradeció a sus socios y a la comunidad internacional por exigir la inclusión de Taiwán en la Asamblea Mundial de la Salud (AMS) que desde el 24 de mayo hasta hoy 1 de junio celebró virtualmente su 74 reunión.

Según el MOFA un total de 14 aliados diplomáticos, nueve países de ideas afines y una entidad observadora emitieron declaraciones a favor de la participación de Taiwán en la AMS, que es la instancia de toma de decisiones de la OMS.

El MOFA remarcó que un respaldo tan fuerte de la comunidad internacional subraya la inclusión de Taiwán en la AMS en medio de la pandemia de COVID-19 y refleja el reconocimiento mundial de los esfuerzos de la nación a la hora de garantizar la seguridad sanitaria mundial, tras destacar que el objetivo de conseguir salud para todos solamente es posible si la OMS se compromete a observar el principio de no dejar a nadie atrás.

Para eliminar las brechas en la red de prevención de enfermedades las consideraciones políticas no deben tener prioridad sobre la salud, indicaron los aliados. El presidente de Palaos, Surangel Whipps Jr, externó personalmente su apoyo a la inclusión de Taiwán durante la reunión virtual, afirmó el Ministerio de Relaciones Exteriores taiwanés.

Las expresiones de apoyo también llegaron de Australia, Alemania, Canadá, Japón, Nueva Zelanda, República Checa, Reino Unido, Estados Unidos y el Grupo de Observadores de la Soberana Orden Militar de Malta, afirmó el MOFA, destacando que Lituania, por primera vez, intercedió por Taiwán en ese evento anual.

En ese contexto, la institución que rige la diplomacia taiwanesa señaló que la OMS debe actuar en consecuencia con su principio fundacional y aceptar la participación digna e igualitaria de Taiwán en las actividades, mecanismos y reuniones del sistema internacional de gobernanza de la salud.

Exteriores de la Isla reafirmó que el país sigue comprometido en trabajar en estrecha colaboración con socios internacionales mediante un espíritu de pragmatismo, profesionalidad y voluntad de contribución a una red de salud global sin fisuras.

Pese al repunte de los casos de COVID-19 en Asia, Taiwán sigue manteniendo a raya el virus y aunque en la tercera semana de mayo se dispararon los casos, unos 700, ridículo si lo comparamos con las magnitudes en occidente, por ejemplo, el gobierno que preside Tsai Ing-wen, ordenó algunas medidas con una agilidad asombrosa, como es su estilo, para frenar al virus, como el cierre de algunos centros de ocio, escuelas, bares y karaokes, entre otros.

Taiwán llegó a sumar ocho meses sin casos, algo inédito en un país que está a una distancia media de 180 kilómetros de China, donde se descubrió el virus.

En la imagen de portada, ciudadanos taiwaneses en una zona céntrica de Taipéi. (Foto captura de Lavanguardia.com).