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El legado de Trump: 400 mil muertos por COVID-19 en Estados Unidos

A menos de un día de abandonar la Casa Blanca, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, deja una herencia de 400 mil personas fallecidas por el COVID-19 y más de 24 millones 100 mil contagiados. Estas escalofriantes cifras tardaron menos de un año en hacerse una terrible realidad si tomamos en cuenta que el primer deceso atribuido a esa infección se produjo a principios de febrero de 2020.

Según la Universidad Johns Hopkins, que se ha dado a la tarea de monitorear la pandemia en todo el mundo, Estados Unidos lidera a escala global la cantidad de muertes y de personas contagiadas duplicando a la de Brasil, segundo en la tétrica lista, con 210 mil decesos.

Los medios de comunicación internacionales destacan que el país norteamericano llegó a la simbólica cifra en el último día de la presidencia de Donald Trump. El total de vidas perdidas, según la Universidad Johns Hopkins, es casi igual al número de estadounidenses muertos durante la segunda guerra mundial. Equivale a la población de ciudades como Tulsa, Oklahoma, Tampa, Florida o Nueva Orleans.

Es poco menos que los 409 mil estadounidenses que se calcula murieron en 2019 por apoplejía, Alzheimer, diabetes, gripe y neumonía combinados. El diario digital INFOABE resalta que el umbral de 300 mil fallecidos fue superado hace apenas un mes, a mediados de diciembre.

Estados Unidos es, según informes oficiales, por lejos la nación más afectada del mundo en términos absolutos, pero algunos otros países registran más muertes en proporción a su población como Italia, Reino Unido o Bélgica.

Y el virus no ha desaparecido en EEUU todavía ni siquiera con la llegada de las vacunas que podrían acabar con la pandemia. Un modelo ampliamente citado por la Universidad de Washington proyecta que el número de muertos llegará a 567 mil para el primero de mayo.

Aunque el gobierno de Trump se le ha atribuido la operación Warp Speed – un programa para desarrollar y distribuir rápidamente vacunas contra el coronavirus – el presidente estadounidense ha minimizado repetidamente la amenaza, se ha burlado del uso de mascarillas, criticó los confinamientos, ha promovido tratamientos no probados e inseguros, ha socavado a los expertos científicos y ha expresado escasa compasión por las víctimas.

(imagen captada de bbc.com)